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miércoles, 13 de noviembre de 2013
Genes del MHC y el olor corporal
Cada día contamos con más evidencia que indica que los genes del complejo mayor de histocompatiblidad (MHC) tienen influencia en el olor corporal y en las preferencias sexuales en humanos. Estudios sugieren que hombres como mujeres prefieren parejas con MHCs distintos, reconocidos por señales olfativas. Ésta preferencia sexual tan variada puede explicar la diversidad de los genes MHC, aunque todavía existen preguntas sin respuesta acerca de como el MHC tiene influencia en la producción de olores corporales y porque las preferencias sexuales dependientes de MHC han evolucionado.
Se han propuesto tres hipótesis no exclusivas explicando la función de las preferencias sexuales MHC-dependientes. Primero, preferencias de pareja MHC-dependientes pueden funcionar para producir ciertas combinaciones de MHC, o aumento en la heterocigosidad en la descendencia para aumentar la resistencia a las enfermedades infecciosas. Ésta hipótesis se ha asociado con la resistencia al VIH y Hepatitis, sin embargo experimentación en ratones no ha logrado comprobado ésta hipótesis. Segundo, preferencias de pareja MHC-dependiente puede permitir a anfitriones proporcionar un "blanco móvil" contra la rápida evolución de parásitos que se adaptan a los genotipos del MHC del anfitrión. Estas dos ideas se les puede llamar las "hipótesis parásito". Tercero, preferencias de pareja MHC-dependientes pueden funcionar para evitar la consanguinidad (la "hipótesis anti endogamia"). La consanguinidad tiene efectos extremadamente negativos para un individuo, por lo que evitar la endogamia a través de un reconocimiento genético resulta ventajoso. Los humanos, como los demás mamíferos, evitan la consanguinidad y hay evidencia que demuestra que se utilizan señales de olor para el reconocimiento de familiares.
Olor corporal y preferencias sexuales en humanos
Un estudio mostró que las mujeres prefieren el olor de hombres con un MHC distinto al suyo. Se clasificó a 44 hombres de acuerdo a su MHC y se les pidió que usaran una playera por dos noches seguidas. Al día siguiente, 49 mujeres tenían que juzgar los olores de seis playeras cada una. Las playeras fueron clasificadas como más agradables cuando habían sido usadas por hombres cuyo MHC era diferente del de la mujer que juzgaba. De la misma forma, la clasificación de menos agradable era para las playeras de los hombres con un MHC similar al de la mujer. Esta diferencia en la evaluación de olores se revirtió cuando las mujeres estaban tomando anticonceptivos orales. Por otro lado, las mujeres señalaban que los olores de hombres con MHC distintos le recordaban más al olor de su pareja actual que los de un MHC similar. Éste estudio sugiere que los genes del MHC influyen en la selección de parejas.
Hipótesis sobre los mecanismos de producción de olor corporal
Hay mucha evidencia mostrando que los genes del MHC están relacionados con el olor corporal individual, y varias hipótesis se propusieron para explicar el por qué. Primero, como las moléculas del MHC se encuentran en la orina y en el sudor, pueden de esa forma proporcionar odorantes. Ésta hipótesis es poco probable ya que las moléculas MHC son proteínas grandes, no volátiles, y además, desnaturalización de proteínas en la orina no destruye la distinguibilidad de olores mediados por el MHC. Segundo, las moléculas del MHC se unen a subconjuntos específicos de alelo de péptidos, y sus metabolitos volátiles como los ácidos carboxílicos pueden proporcionar los odorantes. Los MHC Clase I se unen a péptidos hidrofílicos, altamente conservados evolutivamente, expresado universalmente y derivado de proteínas hidrofóbicas, mientras que los MHC Clase II unidos a péptidos son mas conservados que sus proteínas de origen pero menos conservados que las Clase I enlazados a péptidos. Un estudio encontró que las concentraciones relativas de ácidos carboxílicos volátiles eran característicos del olor de la orina de diferentes ratones modificados genéticamente en sus genes del MHC. Tercero, los genes del MHC pueden alterar el olor corporal configurando poblaciones específicas de flora microbial, aunque la evidencia para esta hipótesis es inconsistente. Cuarto, las moléculas del MHC pueden cambiar su conformación para unirse a compuestos volátiles, en lugar de péptidos, que los llevan a las glándulas odoríferas. Por último, en su conjunto, la evidencia sugiere que los MHC unidos a péptidos se metabolizan y se hacen volátiles por microbios.
La comunicación química humana todavía no está bien definida y ha resultado ser algo controversial. Se sabe que la piel humana tiene dos tipos de glándulas que producen olor, las glándulas sebáceas localizadas por todo el cuerpo y producen un líquido seboso que posteriormente es descompuesto en compuestos volátiles, y las glándulas apócrinas en la región axilar, las cuales juegan un papel importante en la producción de olor. Lipocalinas, portadores de proteínas, se unen y transportan odorantes a la axila, donde son metabolizados y hechos volátiles por bacterias. También se ha demostrado que el olor corporal juega un papel en el comportamiento sexual, los humanos tienen un órgano vomernasal funcional (detecta feromonas), las feromonas influyen en la sincronía reproductiva de las mujeres, y las mujeres prefieren el olor de hombres físicamente simétricos. Curiosamente, todos los estudios de comunicación olfativa en humanos son bastante controversial. Quizá exista escepticismo ante la idea de la comunicación química en la especie humana porque no requiere de procesamiento cognitivo.
Fuentes de consulta
Wedekind C, Penn D. MHC genes, body odours, and odour preferences. Nephrol Dial Transplant 2000;15(9):1269-71.
doi:10.1093/ndt/15.9.1269
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