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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Respuestas feromonales



Evolución y el olfato
Las sensaciones transmitidas por señales químicas son las más básicas de todos los sentidos. Durante la evolución, el neuroepitelio olfatorio se ha desarrollado y especializado en áreas, para detectar compuestos en el medio ambiente que propicien reacciones adecuadas. El olfato esta directamente conectado con el sistema límbico y los centros de memoria en el cerebro. El sistema límbico es una parte del cerebro mamífero que gobierna las emociones y comportamientos, como la agresión, el miedo, o las respuestas de apareamiento. Estas conexiones ocasionan respuestas de comportamiento a olores particulares, vinculados con la memoria de ese olor específico. El sistema olfatorio es el único sistema sensitivo que se conecta directamente a los centros de comportamiento sin requerir previamente procesamiento de la información en otros centros (como el tálamo). 
Los compuestos que se detectan en el epitelio olfativo pueden ser los que se encuentran en el ambiente, pero también pueden ser señales químicas entre especies para comunicar su presencia y provocar respuestas conductuales, generalmente relacionadas con respuestas de apareamiento. El término "feromona" fue inventado en los 50s para una sustancia secretada por un animal que causa una reacción específica en otro animal. El método de detección de feromonas también está caracterizado por un sistema olfatorio accesorio, que ha evolucionado para detectar feromonas específicamente. 
El sistema olfatorio accesorioConsiste del órgano vomeronasal, una estructura tubular que corre bilateralmente por el septum nasal, y sus proyecciones al bulbo olfatorio accesorio, que se encuentra junto al bulbo olfatorio principal. Del bulbo olfatorio accesorio, la información se proyecto a la amígdala vomeronasal, y de aquí es enviada a diferentes centros, particularmente el hipotálamo; por lo tanto el comportamiento y las respuestas endócrinas pueden estar involucrados. El órgano vomeronasal tiene sus propios receptores específicos para feromonas, que son diferentes al sistema olfatorio principal, y son ultrasensibles. También existe otra estructura del sistema olfatorio accesorio, el nervio terminalis, o par craneal 0, del cual todavía faltan muchos estudios pero se sabe que cuando se estimula, se libera hormona liberadora de hormona gonadotropina que tiene efectos en la endocrinología reproductiva. 
Feromonas individuales y el MHCEl "poder" real de las feromonas no es comunicar la especie y sexo de algún animal, sino el de especificar a un miembro individual dentro de esa especie, y este sistema se codifica por el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). La diversidad continua en el MHC a través de múltiples combinaciones alélicas se considera la clave para el éxito de la reproducción sexual; variedad en el sistema inmune crea un blanco móvil para cualquier patógeno potencial. La combinación de alelos del MHC son extremadamente diversas, lo cual implica un mecanismo de selección de pareja de MHC diverso del propio, para evitar la endogamia. También determina la diversidad de los alelos del MHC en su descendencia para mejorar la función del sistema inmunológico en su descendencia y aumentar la posibilidad de supervivencia. El olfato se vuelve un componente central para el éxito de la evolución de la especie gracias a éstos hallazgos.
Fuentes de consultaBhutta M. Sex and the nose: human pheromonal responses. J R Soc Med. 2007 Jun; 100(6):268-74.

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